El clima de la costa islandesa se clasifica como subpolar oceánico, es decir, tiene veranos frescos y breves e inviernos suaves, con temperaturas que no bajan de los -3 °C. La corriente cálida del Atlántico Norte provoca temperaturas medias anuales mayores que las que se presentan en latitudes similares en otras partes del mundo. Las costas de la isla se mantienen sin hielo durante el invierno, a pesar su cercanía al Ártico; éstas se presentan muy rara vez, siendo la última de ellas registrada en la costa norte, en 1969.
Existen variaciones climáticas entre una parte de la isla y otra. En general, la costa sur es más cálida, húmeda y ventosa que la costa norte. Las tierras bajas en el interior y en el norte de la isla, son más áridas. Las nevadas son más frecuentes en el norte que el sur. Las tierras altas del interior de Islandia son la zona más fría de toda la isla.
La temperatura más alta registrada en el país fue de 30,5 °C en Teigarhorn, en la costa sureste, el 22 de junio de 1939. Por otro lado, la más baja fue de -38 °C en Grímsstaðir y Möðrudalur, en el noreste, el 22 de enero de 1918. En Reikiavik, las temperaturas extremas registradas alcanzaron los 26,2 °C, el 30 de julio de 2008, y -24,5 °C, el 21 de enero de 1918.
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